domingo, 4 de diciembre de 2011

El Carácter del Cristiano Verdadero

La verdadera prueba de nuestro amor es si amamos a nuestros enemigos.  Es fácil amar a los que son simpáticos.  Lo mas difícil es amar a alguien que parece ser desagradable, o que lo es en realidad.  Somos llamados amar a nuestros hermanos en la iglesia que por alguna u otra razón se convierten en nuestros enemigos.  Así que, no hay escape.  Tenemos que amar a todos, sean enemigos o amigos, no dando preferencia a alguien por que es amable.

Esto es una obra. Alguien dirá, "No somos salvos por obras!"  Me parece que esta actitud es expresada por una persona que piensa que no tenemos que hacer buenas obras y que si las hacemos o si pensamos que alguien debe vivir conforme a la ley, ha caído de la gracia y está caminando en error.  Creo que esta actitud cae corto de un entendimiento integro de la palabra de Dios.  Esto es explicado claramente en Tito 2:11 y en Efesios 2:10.  La gracia de Dios nos lleva a la obediencia y a las buenas obras.  Gracia que aboga libertinaje no es gracia y tiene que ser rechazada.

Nadie puede decir que somos legalistas si estamos amando a nuestros hermanos o viviendo una vida piadosa.  Pero al sugerir que esto es la regla que todos los que se nombran Cristiano tienen que seguir, corre el riesgo ser tachado de fariseo.  Según Hechos 4:32-33, el comportamiento del verdadero Cristiano obedece a la ley de una naturaleza cambiada.  Es la norma que todos siguen sin tener que ser esforzado o puesto por regla.  Los incrédulos andan en la ignorancia de su intelecto.  Piensan ser sabios y hablan de las filosofías del mundo.  Valoren la independencia y el libre albedrío y todo lo que es personal para el individuo.  Valoren la tolerancia de cualquiera idea, pero no soportan a las personas que no son tolerantes.  Y cuando alguien se convierte a Cristo verdaderamente, deja esas cosas atrás y anda en amor.  Su comportamiento va a cambiar en relación al conocimiento que aprenda de la palabra de Dios.

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